Agrupación RS expone en la Convención Constitucional con foco en la reparación y reconocimiento para LB

Las activistas Erika Montecinos y Nicole Rojas expusieron en la comisión de Derechos humanos de la convención cosntitucional donde les constituyentes elaboran los principales lineamientos de esta nueva carta magna en Chile. A continuación, dejamos extractos de la emotiva e histórica presentación que hicieron las compañeras en nombre de RS y de todas las lesbianas y bisexuales.

«Estamos aquí por las que ya no están y por las sobrevivientes del lesbo odio. Estamos aquí porque nuestro objetivo para exponer en la Comisión de Derechos Humanos de la Convención, es presentar a les convencionales un resumen de cómo han sido violentados y vulnerados los derechos humanos de las mujeres lesbianas y bisexuales en Chile. Las comunidades de lesbianas y bisexuales son uno de los grupos más invisibilizados históricamente, incluso dentro de los trabajos y avances en derechos humanos de las mujeres y de la comunidad  LGBTIQ+. 

Durante décadas, lesbianas y bisexuales hemos sido testigos de cómo muchas de nuestras  realidades y experiencias han sido obviadas o invisibilizadas dentro de otras demandas de  la diversidad sexual o de las mismas mujeres, que si bien son importantes y trascendentales, no abarcan las situaciones de violencia  y discriminaciones específicas a las que somos expuestas como mujeres, lesbianas y bisexuales. Algunas de ellas, además de la invisibilidad que también es considerada violenta, el acoso y persecución en los territorios por nuestra expresión de género y la expresión de nuestros afectos en la vía pública o en la vida digital. La vulneración de derechos a lesbianas y bisexuales en la deficiente atención en salud sexual en los centros de salud pública. El no reconocimiento de hijos e hijas para aquellas compañeras que optan por la maternidad. El peligro de ser sometidas a terapias reparativas a través de métodos tan violentos como las violaciones correctivas. En definitiva, los obstáculos que se presentan para que lesbianas y bisexuales puedan desarrollar de manera libre y plena sus proyectos de vida.

En Chile, alrededor de 75% de las mujeres que se identifican como lesbianas dice haber sufrido acoso y violencia en la calle debido a su orientación sexoafectiva, mientras  el 68% declaró no haber recurrido a realizarse el PAP por miedo a la discriminación en los centros de salud pública. Respecto a esto y a modo de ejemplo, los resultados señalan que el 33,26% de las participantes dice haberse sentido discriminada en los servicios de salud. Esto revela que las mujeres lesbianas y bisexuales no son sujetas ajenas a este tipo de violencia específica, ligada en los espacios públicos a la expresión de género, violencia que es silenciada y omitida por el sistema estatal y judicial.

En el informe sobre violencia a cuerpos disidentes durante el estallido social, 16 personas LGTBIQ+ fueron violentadas por las fuerzas del orden. El instituto Nacional de derechos humanos no registró en un início esta especificidad, siendo presionado por nuestras organizaciones para que las estadísticas que entregaban diariamente, fueran incluida la variante de orientación sexo afectiva, expresión e identidad de género. Algunas de las denuncias contenidas en el reporte hablan de amenazas de violaciones correctivas contra lesbianas y trans; agresiones sexuales contra compañeros gays, entre otros. 

Estas violencias poseen características específicas, pues surgen desde el odio y los discursos que promueven, así como de los estereotipos y prejuicios que éste detona. Deseamos destacar algunas:

•Violencia selectiva: Por ejemplo, en una manifestación o en una detención grupal el foco de “control y orden” se concentra en lxs cuerpxs disidentes.

•Mención de un género que no corresponde: Por ejemplo, masculino cuando es lesbiana o trans femenina.

•Actos de humillación física y verbal que aluden a la orientación sexual e identidad de género.

•Golpes excesivos y con elementos contundentes justificados por su orientación sexual e identidad de género

•Amenazas que involucran violaciones con tintes correctivos y muerte por la orientación sexual o identidad de género.

•La imposición de desnudarse frente a sus agresorxs.

•Tortura sexual que incluye extorsiones, obligación a realizar actos sexuales; penetraciones con objetos y violaciones, entre otros.

Nuestras realidades no son reconocidas y eso, compañeres convencionales, es la gran deuda y reparación que exigimos las disidencias y las mujeres lesbianas y bisexuales, cuando nuestras existencias han sido negadas, no abordadas como un política de Estado, violentadas y perseguidas en los territorios por nuestra expresión de género, y eso, no aparece en ninguna estadística. Nuestra organización ha tenido que pasar muchos obstáculos para mejorar la calidad de vida de nuestras compañeras, su dignidad y reconocimiento a sus existencias. Sobrevivir al lesbo odio es un objetivo de vida. Estamos cansadas de esta invisibilidad, que no se nos reconozca como sujetas de derechos, bloqueando incluso los proyectos de vida de aquellas compañeras que optan por la maternidad, al negarles reconocer sus derechos de filiación con sus hijes. Los derechos de las lesbianas y bisexuales, son derechos humanos.

Por ello, es que queremos transmitir a les convencionales, desde nuestras propias voces, sin que hablen en nuestro nombre como históricamente ha sucedido, de instituciones, organizaciones que simplemente borran nuestro nombre: lesbiana. Una mirada interseccional de estas realidades y vivencias para que queden plasmadas en la construcción de una nueva carta magna que considere todos a todas las mujeres, tomando en consideración sus diversas realidades y experiencias de vida, como también las violencias que viven debido a un sistema normado que regula los afectos y sentires».

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